Imagine el siguiente escenario de una pareja: se divorciaron mientras sus 2 hijos pequeños estaban en la escuela primaria. Ambos padres compartieron 50/50 tiempo con los niños y rotaron en una semana y una semana fuera del horario.
Mamá creía que la música era importante y tenía a los niños en clases de música durante sus semanas.
Papá era un fanático del fútbol. En sus semanas, los niños jugaban al fútbol tres veces por semana.
Each parent diminished the importance of the other parent’s chosen after school activity. Mom thought soccer was a waste of time, and failed to take her sons to games on the weeks she had the boys, and dad constantly complained that the children “didn’t want to go to music” on his weeks, even though mom was adamant that they enjoyed music on her weeks. The children were confused. They were sidelined at soccer games because they would miss whole weeks of practice out of the season. Due to lack of consistent practice, they missed every chance to participate in music recitals and competitions.
Si ambos padres hubieran acordado alentar AMBOS la música y el fútbol, podrían haber disfrutado viendo el progreso de los niños y podrían tener hijos que fueran AMBOS atléticos y con inclinaciones musicales. Y si hubieran podido realizar consistentemente una sola actividad acordada, los niños podrían haber podido decirles por qué preferían hacer una actividad sobre la otra, y podrían haber participado de manera más completa en esa actividad y haber tenido más éxito en ella.
This may seem like an extreme case, but it is a reality for a some of today’s children of divorce. While the children are benefiting from increased contact with both parents, the increased contact may also lead to increased conflict and bickering between the parents.
Es importante que los padres divorciados se esfuercen por fomentar la coherencia en los horarios y actividades extracurriculares. Es importante que demuestren a sus hijos que pueden estar de acuerdo cuando es importante, cuando mejora la vida de los niños.
